Uno de los mejores bares en Santiago para tomarse unos buenos tragos con amigos y también comer algo.
La pizza vale la pena probarla!
La atención fue de verdad excelente teniendo en cuenta la gran cantidad de personas que había, rápida y eficaz.
Ambientación retro de años 70, mucho estilo.
La próxima vez que esté en Santiago volveré.